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Cuando cae la noche en Réthimno, es empo de tomarse un coctel en alguno de los bares situados alrededor de la electrizante playa citadina. Esta zona es la más animada de la ciudad. Considera traer un mapa con go, pero no abuses de su uso. Las ciudades hablan al visitante, pero no escucharás los susurros si te dejas arrastrar por la geometría de las señalizaciones y la lógica de la planeación. Trata de perderte en Réthimno cerca de la medianoche y avizora las mezquitas, iglesias católicas, muelles, fuertes, faros, estructuras otomanas, balcones de hierro, ventanas altas, macetas con ramilletes de ores anaranjadas y purpúreas, verandas es vales, ves dos etéreos, farolas bohemias y cúpulas turcas. una sombra dispuesta a guiarte por otro laberinto de espejos aguarda a la vuelta de cada esquina.
Ya tarde, como dicta la costumbre mediterránea, no dejes pasar la oportunidad de encontrar un buen restaurante y sentarte a cenar. Prueba platos picos como la moussaka, el queso frito, la ensalada griega con queso de cabra y las aceitunas kalamata. Mención aparte merecen los calamares y merluzas en sus in nitas preparaciones, que en cuanto a frescura y sabor compete, no conocen parangón. Cuando termines de degustar estos manjares, el mesero te traerá, con la generosidad griega, un postre y te dirá que “corre a cuenta de la casa”. Algunos hasta te ofrecerán ouzo como diges vo. Quizá en algún punto del viaje probarás unas naranjas caramelizadas como no has comido jamás. Vete a la cama con una certeza: has visto arquitectura de la mejor ley y has saciado tu ape to con manzanas de las Hespérides, como el que más.
Sé parte de la mitología griega
No renuncies al lujo de despertar con los rayos del sol acariciándote la frente. Al sur de Réthimno hay unos enclaves que vale la pena recorrer: Agia Triada, Festos y Matala.
Pero si quieres adentrarte en la cultura minoica, enes perlas sin equivalente: Cnosos y Gor na. Al primero hay que dedicarle un día completo hacia el ocaso del viaje, así que concéntrate en el resto que están desperdigadas como plumas de Fénix en una región conocida como Mesará. Las visitas arqueológicas hazlas durante la mañana o a mediodía, ya que la mayoría de estos recintos cierra a las cuatro de la tarde.
En Matala, mira las cuevas de piedra arenisca de los acan lados, creadas desde empos prehistóricos, pero que adquirieron nueva vida con los hippies sesenteros. Si enes ganas de caminar, y eres osado, podrás alcanzar una extravagante playa roja después de andar unos 45 minutos. Ahí, con el canto silencioso de las caracolas, divisarás la playa de sangre en todo su esplendor.
Si pones atención, la ciudad de Réthimno te susurrará los secretos de la generosidad mediterránea
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