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Asimismo, no podemos dejar de lado cómo es que la herencia proveniente de la migración sirio-libanesa en México y en América, a través de España, incide en la manera en que nos hemos alimentado por años, ya que como sabemos el sur de España fue invadida por los árabes desde el siglo VII y muchos de los alimentos que en ese entonces se cultivaban fueron importados al nuevo mundo y lograron adaptarse a las condiciones de nuestra tierra. Tal es el caso del mango, el café, diversos cítricos y la caña de azúcar, que son muy populares en Veracruz.
Alimentos como el ajo, el aceite de olivo y diversas especies como la canela, perejil y el cardamomo, también de origen árabe, son ingredientes típicos que ensalzan el sabor de muchos platillos de la región y encantan el paladar de quienes tienen la fortuna de saborear las riquezas del área.
Es en muchas ocasiones a través de la comida que podemos conocer más acerca de nuestras raíces y en este caso confirmamos que la cocina mexicana es el resultado de la combinación de diversas culturas, que han originado un sin fin de expresiones culinarias a lo largo de toda la República.
Por su flora y fauna, la cocina del Golfo cuenta con gran variedad de alimentos totalmente característicos de las condiciones del suelo de la zona, de los ríos, lagunas y mares que la componen, que por su sabor y calidad son productos que se comercializan en el interior del país y que se exportan a diversas partes del mundo, y cuya venta contribuye de manera importante a la economía de la región.
Papaya, piña, plátano, tamarindo, framboyán y zapote son algunos de los frutos más comunes y con mayor demanda por quienes los incluyen en su dieta diaria gracias a su calidad nutricional, así como quienes hacen de estos alimentos materia prima para desarrollar un negocio en particular, ya sea a través de su venta directa en los mercados locales o para complementar un platillo que se ofrece en el menú de algún restaurante.
La fauna de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco es muy extensa, generalmente formada por una gran riqueza pesquera, la trucha de mar, la jaiba, el lenguado, la caballa, el atún, el mero, la mojarra, el huachinango, el
robalo, el cazón, el pez vela, el ostión y el pez sierra, son base de varios platillos tradicionales como el ceviche preparado con carne molida de pez sierra o mero y chile cocinero, el guisado de pescado blanco, los guisos de cazón, la jaiba en chilpachole, el pescado a la marinera con aceitunas negras, los tamales de elote de pescado a las brasas sin descamar untado con achiote y la famosa sopa de mariscos.
Otras especies muy comunes en los guisados, sobre todo en los veracruzanos, son el epazote, la chaya, el choco y el chipile, y que han sido utilizado desde la antigüedad por diversos pueblos indígenas como los huastecos, los totonacas, los nahuas, los mixtecos, los zapotecos, entre otros.
Ahora que si hacemos un recorrido culinario particular por los tres estados comenzando con Tamaulipas, podemos decir que su cocina está influenciada por las tres principales áreas que lo conforman: la Huasteca, el mar del Golfo y la zona fronteriza que colinda con los Estados Unidos de Norteamérica. Es así que, además de ser los pescados y mariscos base de su oferta alimentaria, la carne también juega un papel muy importante en la dieta de sus pobladores. Tal es el caso del cabrito a la leña, platillo muy característico de la región, así como el asado
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