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En la playa de Zlatni rat podrás estar donde se unen cielo y mar en el horizonte
elegantes, muchas de ellas escondidas en equinas poco llama vas. A medida que avanzas en las callejuelas, descubres por n una de las plazas principales, Narodni Trg, con una torre románica, el campanil gó co y el reloj renacen sta que recuerda al de Dubrovnik. Los cafés alrededor de la plaza ofrecen un remanso y antesala para después visitar el núcleo del an guo palacio.
Después de unos metros llegamos al espacio central del palacio al aire libre: el Peris lo. Se trata de un pa o enmarcado por columnas que an guamente comunicaban ambos lados de la construcción original. En los escalones es posible sentarse a tomar un café, gracias a los cojines colocados ordenadamente por el negocio en un costado. A un lado del pa o está la catedral, en lo que an guamente era el mausoleo del emperador. Es posible entrar y también subir al campanario para admirar la ciudad desde las alturas.
Exclusividad mediterránea
Quedaba poco empo y decidimos emprender el regreso hacia Dubrovnik, pero antes hacer un recorrido por la isla más larga: Hvar. Su nombre primi vo era Paros, los romanos la llamaron Pharia, para después transformarse en su nombre croata actual.
Palace Hvar Hotel
Salimos nuevamente desde Makarska, y en el puerto de Drvenik nos embarcamos con el auto en el ferry. La idea era recorrer la isla de punta a punta desde Sućuraj hasta la ciudad de Hvar, a unos 77 km. El recorrido nos ofreció vistas espectaculares. Pasamos las ciudades de Jelsa y Stari Grad para verlas a nuestro regreso y seguimos hasta la vieja Hvar.
Enmarcada por una gran muralla que sube por las colinas rodeando la ciudad, Hvar ene una belleza singular. Suele estar dentro de los des nos más exclusivos, junto con Dubrovnik. En el centro de la ciudad está la Catedral de San Esteban, el Fon ko (un an guo depósito de sal y trigo), la Logia municipal y el Arsenal, que se reconvir ó en un hermoso teatro que sigue funcionando hoy.
Hvar ha sido un des no favorito de los ricos y famosos desde hace mucho empo. Es una especie de Costa Azul, un núcleo favorito de los dueños de yates. En 1869, la emperatriz Elizabeth de Viena propuso la construcción de un hotel en la plaza principal. Hoy en día se llama Palace Hotel y comprende la fachada de la Logia, uno de los edi cios más hermosos de la ciudad.
En el camino de regreso, cruzamos brevemente la frontera con Bosnia. Este país ene solamente 20 km de costa. Este tramo separa la zona de Dubrovnik del resto de Croacia.
El za ro de la montaña negra
Nuestra exploración nos llevó a la bahía de Boka Kotorska, en el vecino país de Montenegro. Condujimos por poco más de media hora desde Dubrovnik hasta la frontera. Una vez ahí, no es
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